El pueblo de Israel y La Iglesia de Jesucristo.

Por: Roberto Vado Moody
Cuando hablamos del Olivo verde estamos hablando del pueblo de Israel, en el libro del profeta Jeremías 11:16:
»Olivo frondoso, hermoso en fruto y forma, así llamó el SEÑOR tu nombre».
Dios le ha llamado al pueblo de Israel Olivo; este viene a ser el símbolo del pueblo de Israel. Lo más valioso de esta planta, además de sus frutos (las aceitunas), es el aceite. Éxodo 27:20:
«Y mandarás a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas, para el alumbrado, para hacer arder continuamente las lámparas.»
El propósito de esta enseñanza es conocer el origen de la nación de Israel. La Iglesia y la nación de Israel son como dos pueblos distintos con un mismo Dios.
La salvación nació en el corazón de Dios desde la primera profecía en el libro del Génesis 3:15:
«Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la descendencia de él; él te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.»
Esta profecía es conocida por algunos teólogos como el primer evangelio, ya que nace de parte de Dios una promesa de redención.
La salvación viene de los judíos (Juan 4:22):
«Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos.»
Jesús, hablando con la mujer samaritana, le explica que Dios estableció un pacto con el pueblo de Israel. Ellos adoraban a Dios, lo conocían a Él.
Sin embargo, el pueblo gentil (el olivo silvestre) no conocía a este Dios, que les fue revelado a los judíos primeramente.
En Juan 1:11:
«A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Más a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.»
¿Qué nos enseña este pasaje del Evangelio de Juan? La fe vino a los judíos, mas ellos (los judíos) no le recibieron. Pero a todos los que creen en su Nombre, les dio potestad (poder) —»les dio el poder» o «les dio autoridad» (ἐξουσία). La palabra griega usada es «exousia», que significa poder, autoridad o facultad.
El derecho que nos fue dado de parte de Dios a nosotros, su pueblo, la Iglesia, nos hace automáticamente hijos de Dios.
Existe una frase muy usada en el mundo donde la gente dice: “todos somos hijos de Dios”; no es verdad. Creación de Dios somos todos, hijos de Dios es un derecho que gana todo ser humano que cree en el Señor Jesucristo. Este derecho o paternidad divina nos es dado por Jesucristo a todo aquel que en Él cree; estos vienen a ser sellados por el Espíritu Santo. Efesios 1:13:
«En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa.»
Existen hoy en día, dentro de un sector evangélico, algunas iglesias cristianas que se quieren judaizar, y estos movimientos doctrinales no son nuevos; han existido desde el inicio de la Iglesia apostólica, fundada en Hechos capítulo 2.
Este tema es amplio. Debemos recordar este principio: a Israel le fue dada la Ley de Moisés y a la Iglesia, el Evangelio de la gracia. ¿Por qué iba alguno a obligar a alguien como Tito a ser circuncidado? ¿Por qué ni siquiera era un problema? Porque la circuncisión (el corte del prepucio masculino) era la señal de inicio en la fe judía y el pacto mosaico. Si un hombre gentil quería convertirse en judío, tendría que ser circuncidado en la edad adulta.
El apóstol Pablo lo explica en Gálatas capítulo 2:3-5:
«Mas ni aun Tito, que estaba conmigo, con todo y ser griego, fue obligado a circuncidarse; y esto a pesar de los falsos hermanos introducidos a escondidas, que entraban para espiar nuestra libertad que tenemos en Cristo Jesús, para reducirnos a esclavitud; a los cuales ni por un momento accedimos a someternos, para que la verdad del evangelio permaneciese con vosotros.»
Pablo confronta a Pedro en Antioquía y le habla de la importancia de la fe en Jesucristo como el único camino de salvación, sin necesidad de que un cristiano se someta a leyes rituales de la circuncisión. Levítico 12:3-6:
«Y al octavo día se circuncidará al niño. Mas ella permanecerá treinta y tres días purificándose de su sangre; ninguna cosa santa tocará, ni vendrá al santuario, hasta cuando sean cumplidos los días de su purificación. Y si diere a luz hija, será inmunda dos semanas, conforme a su separación, y sesenta y seis días estará purificándose de su sangre.
Cuando los días de su purificación fueren cumplidos, por hijo o por hija, traerá un cordero de un año para holocausto, y un palomino o una tórtola para expiación, a la puerta del tabernáculo de reunión, al sacerdote.»
Estas prácticas eran mandatos de Dios para la nación de Israel, no para el olivo silvestre. Romanos 11:25-27:
La restauración de Israel
«Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.
Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados.»
Todos sabemos que una gran parte de los judíos espera al Mesías. Aún mantienen ese velo, esa arrogancia de rechazo a Jesucristo. Dios va a tratar con la nación de Israel, con ese remanente, a través de la semana 70.
«Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desechado Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. ¿O no sabéis qué dice de Elías la Escritura, cómo invoca a Dios contra Israel, diciendo: Señor, a tus profetas han dado muerte, y tus altares han derribado; y sólo yo he quedado, y procuran matarme? Pero ¿qué le dice la divina respuesta? Me he reservado siete mil hombres, que no han doblado la rodilla delante de Baal. Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia. Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra.
¿Qué pues? Lo que buscaba Israel, no lo ha alcanzado; pero los escogidos sí lo han alcanzado, y los demás fueron endurecidos; como está escrito: Dios les dio espíritu de estupor, ojos con que no vean y oídos con que no oigan, hasta el día de hoy. Y David dice:
Sea vuelto su convite en trampa y en red,
En tropezadero y en retribución;
Sean oscurecidos sus ojos para que no vean,
Y agóbiales la espalda para siempre.»
La salvación de los gentiles
«Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. Y si su transgresión es la riqueza del mundo, y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración?
Porque a vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio, por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas.
Pues si algunas de las ramas fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ramas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas, dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por naturaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto más estos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo?»
Haré un resumen de lo que nos enseña el apóstol Pablo: Dios es fiel a su pacto con Israel, y esto no depende de las acciones de Israel. Pablo menciona que el endurecimiento de Israel es momentáneo, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. La salvación se extendió a nosotros, los gentiles, y la salvación de los judíos vendrá desde Sion. El Libertador es Jesucristo, quien traerá la restauración de su pueblo, Israel.