Por: Roberto Vado Moody
Mateo 24:37
 Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre.

Es importante que analicemos los tiempos de Noé estudiando tres capítulos del libro del Génesis. Como expositor de la palabra del Eterno, les invito a estudiar en casa tres capítulos: el cuatro, cinco y seis, ya que esta es la señal que Dios les dejó a sus discípulos.
Y estos días ya están en nuestros tiempos. Es un tema muy importante que poco se predica o enseña en las congregaciones de nuestros países.
Existían dos tipos de religiones: la de Caín y la de Abel, su hermano. Una era falsa, sin sacrificio, como hoy en día. Muchos se dicen ser cristianos, no queremos darle a Dios la ofrenda que Él nos pide, y esta gente opta por llevar un evangelio «lave», sin compromiso y sin obediencia al Creador.
Y la religión de Abel, que era agradable a los ojos de Dios cuando le presentó la ofrenda a Dios. Él le da a Dios lo mejor de su rebaño; fue una ofrenda con dedicación y sacrificio.
Al Creador le debemos dar no lo que nos sobra, sino lo mejor de nosotros. El cristiano tiene que esforzarse más en darle a Dios lo bueno, lo agradable.
El casamiento de personas del mismo sexo era común. El deseo sin freno entre parejas igualitarias, es decir, hombres con hombres, mujeres con mujeres, llegó a tal punto que la genética humana se mezcló con los ángeles caídos, y por si fuese poco, se mezclaron los humanos con los animales. La carne se pervirtió a tal punto que Dios dijo:
(Génesis 6:3)
Entonces el Señor dijo: No contenderá mi Espíritu para siempre con el hombre, porque ciertamente él es carne. Serán, pues, sus días ciento veinte años.
Vemos que tanto fue el pecado de esos días que Dios redujo la longevidad del hombre en la Tierra a 120 años. Luego, estos años no son para todos. Muchas personas llegan a los 80 o 90 años.
Los más robustos, según el Eterno decida dar a cada ser humano.
De la mezcla de los ángeles caídos con las hijas de los hombres nacieron gigantes en la Tierra, hombres de aproximadamente 6 metros o más de altura, prototipo de Goliat.
El divorcio y el recasamiento era otro punto que se presentaba en esos días. (Mateo 19:9)
Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.
Hoy en día existen parejas que se unen al matrimonio y en semanas se están divorciando, no respetando así el mandato de Jesucristo, que el matrimonio es para toda la vida, a no ser por causa de infidelidad, que se dé la anulación del mismo.
En los días de Noé el castigo fue por agua, mas en los tiempos finales será por fuego. 2 Pedro 3:7-10

Pero los cielos y la Tierra que existen ahora están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día.
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la Tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
Recuerden que Dios mantuvo a Noé firme porque se consagró puro ante Dios. Solo Noé y su familia fueron salvos: 8 personas. Y respecto a los ángeles que se pervirtieron:
2 Pedro 2:4
Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que, arrojándolos al infierno, los entregó a prisiones de oscuridad para ser reservados al juicio.
(Judas 1:6-8)
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales, de la misma manera que aquellos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno.